2° Parte (Ultima)
Cita: Filipenses 2:1 “La actitud de ustedes debe ser como la
de Cristo Jesús”
Los que sirven a Dios
piensan en su trabajo,
no en lo que otros hacen. No comparan, critican ni compiten con otros que
también sirven o tienen un ministerio. Están muy ocupados haciendo el trabajo
que Dios les asigno. La competencia entre los que sirven a Dios es ilógica por
muchas razones: todos estamos en el mismo equipo; nuestra meta es complacer a
Dios, no a nosotros mismos; tenemos distintas tareas y todos fuimos creados con
cierta singularidad. Pablo dijo: No se comparen unos con otros, como si uno de
ustedes fuera mejor o peor que el otro. Tenemos mejores cosas que hacer en
nuestras vidas. Cada uno de ustedes es un original (Gálatas 5:26). No hay lugar
para celos mezquinos entre los que sirven. Cuando estas ocupado en servir no
tienes tiempo para criticar; el tiempo que gastas en criticar a otros debes
usarlo para ministrar.
Cuando Marta se quejo con Jesús de que María no la
estaba ayudando con su trabajo, perdió su corazón de sierva. Los que sirven
verdaderamente no se quejan de las injusticias, no viven lamentándose ni se
resienten con quienes no están sirviendo. Solo confían en Dios y se mantienen
sirviendo.
No es nuestro trabajo evaluar a otros que también están
sirviendo al Señor. La biblia dice: ¿Quién eres tú para criticar al siervo de
otro? El Señor decidirá si su siervo ha hecho lo correcto (Romanos 14:4).
Tampoco es nuestro trabajo defendernos de la crítica, deja que tu Señor lidie
con eso. Sigue el ejemplo de Moisés, que mostró una verdadera humildad ante sus
opositores; como Nehemías, cuya respuesta a las críticas fue simple: Estoy
ocupado… Si bajara yo a reunirme con ustedes la obra se vería interrumpida
(Nehemías 6:3). Si sirves como Jesús, puedes esperar ser criticado. El
mundo, aun en las iglesias, no entienden lo que Dios valora en el servicio.
Uno de los actos más hermosos de amor mostrado por Jesús fue
criticado por sus discípulos. María tomo lo más valioso que tenia, un perfume
costoso, y lo vertió sobre Jesús. A tan esplendido servicio los discípulos lo
llamaron: derroche, sin embargo, Jesús lo llamo una obra hermosa (Mateo 26:10)
y eso es lo que importa. Tu servicio por Cristo nunca es considerado como una
perdida aunque otros lo digan.
Los que sirven a Dios
basan su identidad en Cristo. Dado que ellos recuerdan que fueron amados y aceptados por
gracia, los que sirven no tienen que probar su merito. Voluntariamente aceptan
tareas que otras personas, inseguras, consideran inferiores. Uno de los
ejemplos más conmovedores de servicio es la imagen misma que Jesús muestra
cuando les lava los pies a sus discípulos. Jesús sabia quien era El, de manera
que la tarea no amenazaba su propia imagen. La biblia dice que Jesús sabia que
el Padre había puesto todas las cosas bajo su dominio, y que había salido de
Dios y a El volvía; así que se levanto de la mesa, se quito el manto y se ato
una toalla a la cintura (Juan 13:3-4)
Si pensás
servir, debes tener muy definida tu identidad en Cristo.
Solo las personas
seguras pueden servir, las inseguras siempre se preocupan de cómo pueden ser
vistos por los demás. Temen manifestar sus debilidades y ocultan, bajo mantos
protectores, su orgullo y pretensión.
Cuando
basas tu valor y tu identidad en tu relación con Cristo, te liberas de las
expectativas de otros, y eso te permite servir con lo mejor de vos.
Los que sirven a Dios piensan en el
ministerio como una oportunidad, no como una obligación. Disfrutan
ayudando a la gente, supliendo sus necesidades y realizando su ministerio.
Sirven al Señor con regocijo (Salmos 100:2) ¿Por qué lo hacen con regocijo?
Porque aman al Señor y están agradecidos por su favor; saben que servir es el
mejor uso que pueden darle a su vida y que Dios ha prometido recompensarlos. Jesús
dijo: A quien me sirva, mi padre lo honrara (Juan 12:26). Pablo, por su parte,
afirmo: porque Dios no es injusto como para olvidarse de las obras y del amor
que, para su gloria, ustedes han mostrado sirviendo a los santos, como lo
siguen haciendo (Hebreos 6:10).
Punto de
reflexión: Para ser siervo debo pensar como siervo.
Pregunta
para considerar: ¿Me preocupo más por ser servido que por servir a otros?